sábado, 2 de marzo de 2024

Verso del Gran Maestro Nissen Shounin N° 3140

“Es una estupidez odiar al mundo,

porque no conduce a nada.

Ya sea sufrimiento o placer,

son efectos de las propias acciones”.


Por Kyoukou Hagui.

¿Por qué los seres humanos a menudo pueden volverse arrogantes, ignorantes y estúpidos? ¿Es falta de educación? ¿Falta de amor? ¿Falta de cariño?

Independientemente de las diversas razones que puedan existir, lo que nos enseña el budismo es que la causa de todos los problemas humanos en realidad está en el propio corazón. Al actuar como un animal perverso y despistado, las personas descargan toda su ira en los demás, y se vuelven incontrolables cuando algo no concuerda con lo que piensan, o cuando sus ideas se contradicen. Y actúan con arrogancia. Comienzan a menospreciar y ridiculizar a familiares y amigos. En el tráfico se convierten en auténticos acosadores. En el fútbol, ​​los aficionados se pelean y se atacan entre sí. Y luego se arrepienten de las cosas horribles que hicieron.

Odiar al mundo es pura ignorancia. Lo correcto sería mejorar nuestra actitud como verdaderos seres humanos.

Si buscas el Budismo Primordial, verás que todo en la vida se puede transformar, si queremos transformarnos en mejores personas. Todo depende de tu propia voluntad. Porque si cambias tu forma de pensar y te dices que “a partir de hoy, ahora mismo, quiero ser mejor para todos”, se puede lograr. Depende de ti mismo. Deshazte de los malos pensamientos y acciones.

Inserta el Mantra Sagrado NAMUMYOUHOURENGUEKYOU en tu corazón, ya que esta oración te permitirá encontrar la paz mental que existe dentro de tus pensamientos, mirándote a ti mismo y diciendo: “Actuaré con sensatez y trataré de ser compasivo con todos los que viven a mi alrededor.

Todo lo que hemos hecho hasta ahora, bueno o malo, pongámoslo en la calculadora de fe. Y con la fuerza de la fe, restar nuestro karma negativo.

En matemáticas dice que menos con menos se vuelve positivo. Entonces, en nuestra vida, cuando atravesamos muchas dificultades y obstáculos, el resultado definitivamente será positivo.

Cita del Gran Maestro Nissen Shounin:

“Según un dicho, la semilla que no se planta no germina. Entonces se define que la semilla plantada germinará, sea buena o mala. No creer en las enseñanzas budistas también es una semilla. Creer es también una semilla. No dudes que habrá recompensa o castigo. Cualquiera que no comprenda la ley de causa y efecto es llamado tonto e incluso malvado”.

En otras palabras, lo que sucede en tu propia vida es mérito de tu propio karma. Cuando pasa algo malo es porque se ha plantado una mala semilla. Por eso, es importante no plantar otras malas semillas, no quejarse del mundo, comprender siempre la ley de causa y efecto, reflexionar y esforzarse por mejorar.

Al mismo tiempo, es necesario sembrar buenas semillas a través de las virtudes de la práctica del Odaimoku, las conversiones y la guía compasiva, y así podremos recibir un gran mérito, que es la tan deseada bendición.

Honmon Butsuryu Shu 

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