Verso del Gran Maestro Nissen Shounin N° 901

“Incluso si intentan liderar

con halagos y mentiras,

si no son testigos de las bendiciones,

la gente no las aceptará”.

Por Gyouen Campos

Este verso del Gran Maestro Nissen Shounin nos enseña que nuestra boca es un vehículo, debemos saber exactamente lo que estamos diciendo. Si lo que decimos es mentira, nadie lo creerá.

La expresión utilizada en el verso “usso happyaku”, significa 800 mentiras. ¿Por qué se usó el n° 800? ¡Porque en Japón 800 se ha convertido en sinónimo de muchos, innumerables! En la antigua ciudad de Tokio, llamada Edo, había muchas ciudades, y como había muchas ciudades, llamaron happyaku yatyo , 808 ciudades. En Osaka, como había muchos puentes, decían que Osaka era la ciudad de los 808 puentes happyaku yahashi.

Nuestra boca es como un vehículo, si lo que dices es mentira nadie caerá en la trampa. La palabra “noru” significa embarcar. Significa que nadie seguirá tu conversación, lo que dices. Si eres alguien que transmite letanias, falsedades y mentiras, de nada sirve invitar a la gente a venir al templo, a venir a adorar, con bromas y tonterías. De lo contrario será "usso de happyaku", 800 mentiras.

¿Qué son las bromas y las tonterías? Es llamar a la persona a venir y recibir la bendición, y que no la reciba. Y ni siquiera te importa si tu invitado recibe la bendición o no. El cuidado que hay que tener es que lo que estamos diciendo no se convierta en halagos o mentiras. Porque si no se convierte en una bendición, la gente no lo practicará. Entonces, quien enseña, quien invita, debe convertirlo en una bendición. Si es verdad, ¡demuestra que lo es!

El pastor y el lobo

Un pastor de ovejas encontraba la vida muy monótona. Por eso inventó todo para distraerse. Su diversión favorita era fingir estar en problemas.

- ¡Un lobo! ¡Ayuda! ¡Ayuda! – solía gritar a los cuatro vientos.

Cuando la gente del pueblo acudió en su ayuda, lo encontraron perfectamente a salvo, riéndose de buena gana.

Un día un verdadero lobo apareció frente al pastor. Desesperado, empezó a gritar como siempre hacía:

- ¡Un lobo! ¡Ayuda! ¡Ayuda!

Esta vez nadie acudió en su ayuda, y el pastor tuvo que esconderse entre un matorral de espinos, mientras el lobo devoraba a todas sus ovejas. Moraleja: Cuando los mentirosos dicen la verdad, nadie les cree.

Quizas solo lo decimos ante los demás. Pero sólo será verdad si recibes la bendición. La verdad al final así será, recibas la bendición o no. Por lo tanto, cuando somos padrino de la conversión de alguien, responsable de otro creyente, o de alguien que vino al Templo, es nuestra obligación hacerle recibir la bendición. Tenemos que preocuparnos de si ella está recibiendo las bendiciones o no. De lo contrario, seremos ese pastor mentiroso de la historia, simplemente "usso happyaku".

También debemos aprender que recibir una enseñanza es una bendición, practicar la fe, participar en un culto, conocer gente buena, religiosa… Todo esto también es una bendición. Si la persona se da cuenta de esto, ya es algo bueno, pero generalmente nadie se da cuenta, porque su necesidad habla más fuerte.

Por lo tanto, para que las personas crean en nosotros, para que sean verdaderos, prudentes y rectos en la práctica religiosa, debemos demostrar la veracidad del Sagrado Dharma, transmitiendo la recepción de bendiciones y asegurando que cualquiera que practique la fe también reciba las bendiciones.

Esto es lo que nos transmite este verso del Gran Maestro Nissen Shounin.

Honmon Butsuryu Shu