Verso del Gran Maestro Nissen Shounin Nº 1403

“Jyougyo es el enviado del Buda Primordial. Ampliando en la Era Mappou el Namumyohorenguekyo”.

Por Nitiguen Takassaky

Para los sufrimientos humanos. A través de prácticas ascéticas alcanzó la iluminación y durante años predicó en los que enfatizó que cada uno es responsable de su destino y la forma de alcanzar la felicidad, era la purificación de nuestro karma, a través de la devoción al Dharma ligada al sentimiento de compasión.

Las enseñanzas se fueron extendiendo hasta llegar a Japón donde el Gran Maestro Nichiren Daibossatsu (siglo XIII) fue reconocido como el portavoz (Jyougyo Bossatsu) del Buda Primordial para predicar sus enseñanzas en la era llamada Mappo, y la práctica consistiría en meditación activa (pronunciación del mantra sagrado Namumyohorenguekyo). Nichiren Daibossatsu, al propagar sus enseñanzas, se creó varios enemigos y en consecuencia sufrió varios ataques, siendo incluso condenado a muerte. A través de tu fe en el Dharma podrás superar todos los obstáculos y convencer a los seres de la época sobre el poder y la veracidad de esas cosas. Como guardianes del Budismo Primordial, entre muchos Maestros destacan Nitiryu Daishonin y Nissen Shonin quienes mantuvieron la pureza de la práctica del Gran Maestro Nichiren Daibossatsu.

En Brasil, el budismo no se introdujo hasta 1908, a través del primer barco de inmigrantes japoneses que trajo al entonces monje budista primordial Guenju Ibaragui y su familia. La trayectoria de vida del Mons. Ibaragui fue retratada en el libro “Lo Primordial” escrito por el Obispo Superior Nitiyuu Correia y en él podemos observar y sentir que el Santo Patrón del Budismo en el país vivió una vida igual a la de los Grandes Bodhisattvas, es decir, al propagar las enseñanzas del Buda Primordial entregó su propia vida, atravesando innumerables obstáculos y sufrimientos. Gracias a este espíritu de compañía y resiliencia, tuvo éxito en su misión, salvando a miles de personas.

Este año, en agradecimiento al Santo Patrón Budista Arzobispo Ibaragui Nissui en su quincuagésimo servicio póstumo, continuaremos la expansión del Sagrado Dharma, fortaleciendo cada vez más nuestra fe para vestir el manto de un Bodhisattva y ayudar a las personas que nos rodean con las que vamos pasando a través de la angustia y el sufrimiento. Estas acciones ciertamente producirán virtudes inconmensurables que se reflejarán en bendiciones en nuestras vidas.

Honmon Butsuryu Shu